domingo, 24 de junio de 2012

AMOR I DESAMOR


Ambos son una misma cosa, quien conoce el desamor conoce también el amor y viceversa, forman parte de un mismo movimiento, que va del tormento del amor al vacío del desamor, o de la excitación del amor por contravenir a las reglas, eso que no deberíamos…, a estar en la habitualidad de lo que conviene, de lo que es necesario… Imposibilitar este movimiento, hacer imposible el ir del uno al otro, supondría una cierta fijación sintomática, como veremos en el caso que presentaré luego. 
 
El movimiento de sustitución de posiciones, cuando el amado deviene amante, pasa de ser amado a amar y así amando a ser digno de ser amado, produce la significación del amor, es lo que Lacan llamó la metáfora del amor.
 
Amor y desamor son los hilos con los que se teje la comedia y también la tragedia.
Con qué juega la comedia sino con el engaño o con la propia equivocación del amor, por ejemplo encontrar bajo las sábanas que ella (o él) a quien se esperaba encontrar, resulta que no es así y se descubre con sorpresa que no es ella (o él) sino otra (u otro). La equivocación juega con la distancia existente entre el otro como objeto de nuestro amor, que lo es en la medida en que está enmascarado por nuestros propios fantasmas, y el ser del otro, por más que el amor intenta e insiste en poder  alcanzarlo.
También en la tragedia se juega con la fatalidad, con el destino trágico y mortal al que ambos hilos dirigen, morir por amor, morir amando o  el sacrificio del amor. Lacan al hablar de la tragedia la describe delimitada por un espacio que llama entre-dos-muertes, la muerte real donde efectivamente la vida se acaba y es el desenlace, y la muerte simbolizable y definible como debida a que el hombre tiende al aniquilamiento para inscribirse como ser, es decir la aspiración del hombre a destruirse para de ese modo eternizarse, en toda tragedia están las dos muertes, sea cual sea su manera de simbolizarse.
Por ejemplo la tragedia de Alcestis, casada con el rey Admeto, a quien la muerte le reclama, sin embargo le ha sido concedido librarse de ella si encuentra a alguien que quiera morir en su lugar, nadie de su familia quiere, sólo su esposa Alcestis se ofrece a morir en su lugar, ella es la encarnación entonces del amor ya que no desea vivir sin su amado ni dejar a sus hijos sin el amor del padre.
Alcestis es un bello ejemplo de la posición femenina activa, no sólo porque es la que ama y desea, sino que además asume la responsabilidad subjetiva que implica el acto, es donde la metáfora del amor se realiza, aunque la sustitución es literal, Alcestis se pone en el lugar de Admeto, le sustituye.
También la elección trágica del destino puede tener el mismo valor de sustitución, como en el caso de Aquiles, quien se propone matar a Héctor para vengar la muerte de Patroclo. Su destino se enuncia en las palabras de su madre que le dice que si no mata a Héctor vivirá, pero si le mata lo que le espera es la muerte. Aquiles tiene elección, pero no vacila, opta por seguir su destino, él que ha sido amado por Patroclo se comporta entonces como lo haría el que ama.
Vemos cómo la metáfora del amor se cumple, liberando la significación del amor, en esa sustitución del que siendo amado pasa a amar, a la posición de amante.

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