Poema de un encuentro siempre por renovar
Viniste de la mano de otro,
pincelada apenas
esbozada,
porque el llamado de alguien
interrumpió lo que
todavía
era nada.
Fuiste primero
palabra
en el decir de otro
ser,
de ella, la que de
ti hablaba,
la palabra coloreada
apenas nada.
Tú, que te fuiste
haciendo
con trazos
quebrados,
dejaste mis ojos
ciegos
por la luminosidad
de tu nada.
Rojo vino libaste en
mi cerebro
dibujando un atajo
de la idea cromada,
pigmentada
al aroma de un
pensamiento
que piensa nada.
Háblame con el
silencio
a través de la nada
que somos
y no la llenemos,
ni siquiera con
palabras,
ni con la voz
descarnada
de las imágenes
pintadas,
ni con la mirada imaginada
en la reverberación
plateada
de unas lágrimas
estancadas.
No la llenemos, no,
Con NADA.
Rosa Navarro 2005
No hay comentarios:
Publicar un comentario