Se acabó el idilio
De la naciente extranjería
Con la nativa envejecida
Se acabó el idilio
De amarse a sí misma
En los ojos del foráneo
Entrar
En un coma accidentado
En una momentánea inexistencia
Perderse
En un tiempo ilimitado
En una neblinosa indefinición
En el mundo del otro
Un paréntesis del amor
Enmudecer
Los sonoros apetitos
De rítmica alternancia
Acallar
El murmullo vital
Portador de otro oído
Silenciar
El movimiento agitado
Vecino al deseo
Y despertar luego
Hablando otra lengua
Abandonando las mudas
Hueras de narcisismo
Renacer entonces
En palabra extranjera
Aceptando la hendidura
Del imposible idilio.
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