martes, 27 de septiembre de 2011

¿Cuánto tiempo llevamos desde que nos diagnosticaron esta enfermedad que parece mortífera?
Cada mañana al despertar nos sobreviene la misma condena.
El cáncer económico sigue su invasión y esas células malignas financieras proliferan y se multiplican a sus anchas.
Los politicomédicos nos van diciendo todo lo que creen que se podría hacer, pero parece que tienen dificultades para disponerse y decidir actuar. 
Nos dicen, sí, pero no hay acto. Y en ausencia de un acto ¿qué nos queda sino seguir padeciendo y empeñarnos en sostener eso que ya dejó de ser una economía sostenible? 
Quizá nos queda prepararnos para la propia locura de vivir sin el cáncer, para permitirnos pensar, hablar y decir sin oponer resistencia, ni reticiencias, ni obstáculos, sin censura, sin temor de uno mismo, con la serena aceptación de cualquier descubrimiento. 
Decir y escribir no lo que uno se propone sino lo que viene por sí mismo sin ser esperado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario