lunes, 3 de octubre de 2011

LEER

Soy oyente al comienzo de la mañana. 
A lo largo del dia voy siendo más lector, que otra cosa.
Por eso ahora voy a plantear la cuestión de la lectura.
Oí hoy a un político decir e insistir, parece que ya lo había repetido en diversas ocasiones aunque sin efecto aparente, que es necesario leer todo el texto antes de hablar sobre él o de tomarlo como objeto de comentario.
Leer sólo una o dos frases, que inevitablemente se convierten en titulares, es malentender y malinterpretar al autor. 
Es evidente y sobre todo preocupante cómo el pequeño fragmento de texto es erigido en algo lleno de sentido, con una plena significación, es decir se le otorga un sentido global i universal, deviniendo simultáneamente en una explicación total que guarda la clave vital y existencial del mundo y quienes lo habitan.
Estos fragmentos no sólo llenan los manuales de "ayuda", para ser feliz, para tener éxito, para salir de la tristeza, ahora la llaman depresión, para dejar las adicciones cotidianas y legales, etc., sino que también invaden los medios de comunicación, invaden y obturan el lugar de la información, de la reflexión y del debate. 
Bueno podemos estar tranquilos, nos dan la medicación necesaria para colmarnos y calmar así el interrogarse, el querer saber por sí mismo, el movimiento hacia, el desear, el soñar, el idear, el fantasear, el imaginar y por último el realizarlo. Entre las indicaciones de este medicamento está la de parar el acto, stop entonces a la subjetividad.
Leer es otro acto del sujeto, leer un texto en su composición es un acto subjetivo de reconocimiento del sujeto, en este caso del autor del texto.
Reconozco que leer puede convertirse en una medicina que cura, pues me libera de esa cierta locura que hay en mí, reconozco que uso la lectura como un medicamento pero no como una droga, así que quizá puedo decir que soy adicta a la lectura pero no soy toxicómana. 
Hago pues una importante discriminación, entre el psicofármaco usado como medicamento que cura y el usado como droga, que implica la toxicomanía, hábito patológico de intoxicarse con sustancias que procuran sensaciones agradables o que suprimen el dolor..según el diccionario.
Dicha discriminación implica la exclusión del uso del medicamento como droga, del uso toxicómano de cualquier sustancia legal, lo que implica estar en desacuerdo con la prescripción generalizada, a veces continuada, y siempre protocolaria del DSM.

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