Viniste de la mano de otro
Pincelada apenas esbozada
Porque el llamado de alguien
Interrumpió lo que todavía
Era nada.
Fuiste primero palabra
En el decir de otro ser,
De ella, la que de ti hablaba,
La palabra coloreada
Apenas nada.
Tú que te fuiste haciendo
Con trazos quebrados
Dejaste mis ojos ciegos
Por la luminosidad
De tu nada.
Rojo vino libaste en mi cerebro
Dibujando un atajo
De la idea cromada, pigmentada
Al aroma de un pensamiento
Que piensa nada.
Háblame con el silencio
A través de la nada que somos
Y no la llenemos,
Ni siquiera con palabras,
Ni con la voz descarnada
De las imágenes pintadas,
Ni con la mirada imaginada
En la reverberación plateada
De unas lágrimas estancadas.
No la llenemos, no,
Con NADA.
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