sábado, 17 de noviembre de 2018

SEMINARIO DE GEORGES DIDI-HUBERMAN: "SUBLEVACIONES"


Georges Didi-Huberman, director de estudios en l’Ecole des Hautes Études en Sciences Sociales 

Seminario: Sublevaciones ( Soulèvements )

SESIÓN I: “Lo que nos subleva” (Apuntes tomados de ella)
Vivimos en tiempos sombríos, como el título de un texto de Bertol Bretch, al igual que Hannah Arendt tituló una conferencia suya, ambos exilados.
¿Cómo sacar la humanidad, pensamiento libre, poesía, de este tiempo oscuro? Estamos en la oscuridad, ¿cómo salir de ella?, ¿cómo hacer para ello? Y sí hay elección.
Uno puede esperar simplemente intentando hacerse a esta situación, y a fuerza de hacerlo termina no esperando nada, el horizonte temporal de espera desaparece también. Hay una palabra para definir esto: sumisión. Uno se somete a la oscuridad y obedece al oscurantismo. Lo que hay aquí es pulsión de muerte, la muerte del deseo.
Cita a Walter Benjamín en su texto: “Experiencia y pobreza”, dice aproximadamente que por doquier las mejores mentes se hacen una idea de la situación política (1934 la toma del poder por Hitler), y se caracterizan por una falta total de ilusión y por una adhesión sin reservas. Según Didi-Haberman, lo que señala no es tanto la falta de ilusión sino otra cosa, el plegarse a una cierta inercia mortífera de la sumisión, que puede ser melancólica o cínica o nihilista.
S. Freud antes de reconocer la eficacidad de la pulsión de muerte, en su texto de 1920 “Más allá del principio del placer”, había afirmado unos 20 años antes la indestructibilidad del deseo (La interpretación de los sueños). ¡Ojalá fuera verdad! Pues ello supondría aun en plena oscuridad, buscar ni que fuera una pequeña y tenue luz.
Didi-Haberman trae un ejemplo de la cultura: el cante de las “carceleras”, un canto de los prisioneros, en la prisión el horizonte que te sostiene puede ser una tenue luz así el “lucerito” de la brasa de tu cigarrillo, como dice la letra de una carcelera. En esta situación la voz es la vía real para desear, para dirigirse al otro, para exclamar el deseo que agujerea muros y atraviesa espejos, llega a los otros presos, este lucerito es capaz de guiarlos.
Hay tiempos sombríos, son tiempos de plomo, donde nuestra capacidad de querer (la nuca) y de pensar (la frente) están asfixiadas. Desear contra eso es la supervivencia del deseo en un espacio concebido para anularlo, desear cobra un sentido contra la sumisión a partir de alzarse, sublevarse.
Ejemplos mitológicos de revuelta contra el poder de los Dioses, son los Titanes y las Titánides, los dos titanes vencidos célebres por su sublevación contra la autoridad unilateral de lo dioses del Olimpo, son Prometeo y Atlas, amigos de los mortales, que fueron castigados, el primero a ser devorado su hígado   por un águila, el cual volvía a crecer por tanto un castigo sin fin. El segundo, Atlas castigado y condenado a llevar todo el peso del cielo sobre sus espaldas.
Una significación de su sublevación es que deseaban compartir el poder con los humanos. Incluso habiendo fracasado han liberado algo para el género humano, transmitiéndoselo para compartirlo y profanarlo, en el sentido que da Agamben en Profanaciones, el de dar a algo un uso común, profano. Su transmisión es la de una parte crucial del saber de los amos, Atlas la ciencia de la tierra y de las estrellas, Prometeo el saber manipular y dominar el fuego. Es decir, han tenido éxito aun habiendo fracasado en la confrontación con el poder, han logrado transmitir la potencia de un saber y de un saber hacer indefinidamente prolongable. Quizá cabría pensar que esta transmisión de saber ha dado los fundamentos para futuras confrontaciones.
En el espacio público, en el tiempo de la historia Goya da una forma a esta exclamación de pulsión de vida con su pintura del lumpen proletariado, lo que pasa cuando el obrero lanza su herramienta al suelo y comienza brazos en alto a exclamar y clamar su revuelta, gesto de sublevación que todos comprendemos.
Hay siempre y por todas partes gestos de sublevación, gesto sin fin, y en este sentido soberano, como es soberano el deseo mismo.
Deseo, Memorias, Imágenes, tres tiempos de investigación sobre las sublevaciones. En la sublevación hay una fuerza (quizá la del deseo, la potencia del deseo) Y para que una forma se transmita hay que darle una forma, se requiere la memoria y la imagen, es como en los sueños compuestos de imágenes que portan la inscripción de la memoria, memoria inconsciente claro, necesaria para que el deseo del sueño se transmita.
Hay una relación entre la sublevación y la pérdida, el duelo de la pérdida nos inmoviliza, pero quizá pasa algo respecto a la pérdida que nos aterra que nos haría desear. Ver en “La ausencia” de Pierre Fédida, donde cuenta un caso, en el que se evidencia que el duelo realiza simbólicamente el deseo, que le hace decir el duelo pone al mundo en movimiento.

-------Resto de la sesión 1 en la siguiente entrada.--------



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